PROTEGETE DEL SOL SI, PERO…

 

… no tanto como el protagonista de nuestra foto.

Ya sabemos lo importante que es no abusar del sol en nuestra piel. El exceso de radiaciones emitidas por el rey de nuestra galaxia puede generar un gran número de afecciones e incluso provocar hasta el temido melanoma. Todos hemos oído la famosa frase “la piel tiene memoria” que es la forma fácil de recordar que el daño que permitimos que sufra nuestra piel se va acumulando en nuestras células y puede llegar el momento en que ese daño salga a la superficie, siempre unido a predisposiciones genéticas y otro tipo de condicionantes como el entorno en el que vivimos e incluso como nos alimentamos o el stress al que estamos sometidos. Si, nada nuevo bajo el sol, seguimos siendo nosotros y nuestras circunstancias.

Pero ahora que ya tenemos el conocimiento y los productos resulta que quizás nos estamos pasando con la protección. Seguro que habrás oído comentar a alguien de tu entorno, o incluso te esta pasando a ti, que de repente muchos tenemos déficit de vitamina D. Debemos tener una cantidad de entre 30 y 100 ng/mL y hay muchas personas que al hacerse una analítica comprueban que están incluso por debajo de 10ng/mL. La vitamina D la conseguimos principalmente del sol y es imprescindible para nuestra vida ya que además de procurar la absorción de calcio para que nuestros huesos y dientes estén sanos, trabaja también en otras importantes funciones de nuestro organismo como son el sistema neuromuscular, endocrino, hematopoyético (producción de células sanguíneas) e inmunitario. Eso quiere decir que necesitamos absorber vitamina D y para ello deberíamos exponer una zona grande de piel, como espalda o piernas, al sol sin protección solar (salvo criterio médico en contra) durante 10/15 minutos cada día.  De esta forma nos aseguraríamos la cantidad de vitamina necesaria para que nuestro organismo pueda realizar sus funciones correctamente. Pero como estamos muy concienciados ahora no nos da el sol directo prácticamente nunca.

Entonces ¿cuáles serían las indicaciones correctas a seguir?

Pues protegernos con un factor de protección ajustado a nuestro fototipo de piel todo el tiempo que estemos al sol excepto esos 10/15 minutos de los que hablábamos antes. Lo ideal seria utilizar un protector físico y no químico y esto ¿que quiere decir? Pues que el producto que utilicemos debe quedar en superficie mediante unas moléculas que reflejen el sol (como un espejo) sin dejar pasar sus radiaciones perjudiciales y que a la vez estas moléculas sean lo suficiente grandes para que no penetren en nuestros poros, así conseguiremos la protección necesaria como si lleváramos una camiseta invisible. Otro factor importante para elegir el protector, ya desde el punto de vista estético, sería que éste no quedara como una capa blanquecina sobre la piel ni siquiera estando mojados porque queremos el efecto de camiseta, no la camiseta en sí. Y ya para terminar, si tenemos un protector formulado con unos principios naturales que ayudan a regenerar la piel y evitar las antiestéticas manchas pues ¡Eureka!

Todas estas condiciones las reúne la CREMA FOTOPROTECTORA 40 de COMPOSITUM. Una crema que nos puede acompañar a diario durante todo el año porque su molécula de protección solar también bloquea la entrada en nuestros poros de la suciedad y contaminación ambiental e incluso, si la mezclamos con unas gotas de nuestro maquillaje habitual, tendremos una BB Cream que tampoco ensuciara nuestros poros.

¡No se puede pedir más!

www.sitienespiel.com

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In an essay, article, or book, an introduction (also known as a prolegomenon) is a beginning section which states the purpose and goals of the following writing. This is generally followed by the body and conclusion.

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